Celebrando sobre la Sangre
Por: Paloma Valencia Laserna
Circula en Facebook una foto en la que el Presidente Santos celebra un gol de la selección Colombia, aplaudiendo y con una sonrisa en los labios pronuncia la palabra "gol".
Tras él es posible divisar varios emocionados miembros del ejercito, mientras el Ministro de Defensa muy sonriente, levanta el brazo para expresar éxito. Podrían estar en cualquier lugar- pero si pudiéramos mirar por la ventana, veríamos la pequeña población de Corinto, Cauca. La foto fue tomada al día siguiente de que un carro bomba explotara junto a la Estación de Policía del pueblo y la guerrilla hostigara durante tres horas a los pobladores. Corinto hace parte del conjunto de poblaciones que el grupo terrorista Farc atacó brutalmente este sábado.
Toribio, Corinto, Caldoso, Jambaló, Mondomo, Siberia. Campesinos improvisando trincheras para esconderse de las balas. Un carro-bomba. Cilindros bomba. Tatucos. Disparos. Una chiva bomba desmembró el cuerpo del intendente Luís Alberto Hernández. 99 heridos. 6 muertos. Más de 500 casas afectadas, muchas destruidas de manera definitiva. Alcaldías, Estaciones de Policía y Bancos Agrarios en ruinas. Las ambulancias no podían llegar a recoger los heridos.
Al día siguiente hubo un Consejo de Seguridad y Santos tomó decisiones; establecerá el batallón de montaña sobre el que llevaba discutiendo casi un año. Además, en vista de que muchos de los explosivos fueron lazados desde el interior de las casas de los pobladores, el Presidente optó por una acción que toman los israelíes contra las familias de los terroristas: las casas que sean utilizadas por las Farc para agredir a la fuerza pública, o a la población, serán destruidas. Con todo solucionado tuvieron tiempo de ver el partido en Corinto y celebrar la victoria de la selección.
La actitud de Santos ha desatado mucha polémica en las redes sociales donde se lo acusa de insensibilidad. El Estado colombiano requiere mucho más que intenciones para cumplir con sus tareas, pues tiende naturalmente a la ineficiencia. La seguridad no puede tomarse a la ligera. Se trata de la obligación más esencial del Estado. Sin ella todos los esfuerzos estatales son ridículos e insignificantes. No hay ningún derecho que pueda ser preservado si la vida y la tranquilidad desaparecen...
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