Colombianadas ambientales
Seamos claros: no toda la minería es nociva, pero ¿cómo autorizar explotaciones en sitios de alto valor ambiental o en lugares sin usos definidos del suelo ni estudios?
Seamos más claros: lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta. El problema no son el hotel ni la mina, sino el lugar. La Sierra Nevada es un gran Parque Natural Nacional. El páramo es vida.
El problema, también, es creer que solo hay una forma de desarrollo: las locomotoras extractivistas. Tan es así que está en estudio el corrimiento de las fronteras de parques y páramos para uso de las grandes empresas. Hasta al Vaupés y Guanía llegará la explotación, regiones donde no hay estudios serios de lo que debería permitirse, como nos lo dijera Wendy Arenas, de la Fundación Alisos. Regiones donde la riqueza más duradera y útil para el país es otra.
El Gobierno, increíble, desecha una de las premisas fundamentales del mundo actual: los futuros habitantes del planeta también tienen derecho a comer. La minería deja beneficios solo a los actuales.
De este a oeste, de sur a norte, pende sobre la cabeza del país la espada de la explotación minera en al menos 10 ecosistemas vitales. La presión proviene de empresas que encuentran un territorio para hacer lo que en sus países no les dejan.
¿Está haciendo mal la tarea Colombia? Sí. Primero se debe definir dónde se puede hacer qué y cómo. Y no se ha hecho, por lo que vamos de escándalo en escándalo cada que se descubre que hay en marcha un nuevo proyecto. Además se autorizan o se proyectan en zonas ya prohibidas. Y si la norma lo impide, se modifica. El Presidente descarta un hotel no por estar en zona sagrada donde les pidió sabiduría a los dioses de los mamos de la Sierra sino por líos familiares.
El uso y abuso de los recursos se basa en emociones, circunstancias e intereses del momento, no en un conocimiento de lo que tenemos, lo que queremos y el camino que queremos seguir.
Si en los páramos está negada por ley la actividad minera, ¿por qué discutir si se permite o no? La solución, toda una colombianada, es modificar lo que el mundo entiende por páramo. Nos inventaremos nuestra propia definición para que entre la minería.
Al menos 10 espadas penden sobre la cabeza o comenzaron a herir Santurbán en Santander; la selva virgen de Bahía Solano en Chocó; la Sierra Nevada de Santa Marta; la Orinoquia (víctima de una desaforada invasión agroindustrial); el norte del Chocó; el norte de Urabá; La Colosa en Tolima; las montañas de Marmato; Yaigoje-Apaporis en Amazonas; Guainía y Vaupés. Al Cesar ya lo degollaron.
Para que todo cuadre, se acaba de pasar la concesión de los grandes permisos ambientales a una Agencia fuera del Minambiente. Aunque este ha sido demasiado generoso ¿cómo será en un órgano independiente? ¿Suspicaz uno? El que la cogió, la cogió...
http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/colombianadas_ambientales/colombianadas_ambientales.asp
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