Tras la primavera, llegó el otoño árabe
La ola de protestas populares en el norte de África y la Península Arábiga se disuelve. Algunas movilizaciones alcanzaron parte de sus objetivos, muchas se quedaron a medio camino y varias son reprimidas por eternos regímenes que se aferran al poder.
Empezó en Túnez. Egipto se contagió. Se dispersó por todo el norte de África y gran parte de la Península Arábiga. La ola de protestas parecía incontenible. El masivo reclamo democrático dio coletazos incluso en China. Pero seis meses después, estas revueltas sin precedentes, estas protestas por cambios políticos, económicos y sociales comienzan a ceder. La llamada Primavera Árabe se marchita.
Una de las crestas más altas de la ola de cambios se vio esta semana. Fue la imagen del ex presidente egipcio Hosni Mubarak, quien desde una camilla le aseguró al tribunal que lo juzga que él no fue responsable de la represión contra la revuelta que lo derrocó el 11 de febrero. Al menos 850 personas murieron en los 18 días de protesta.
Así comenzó el histórico juicio al mandatario de 83 años, quien niega haberse enriquecido en sus casi tres décadas en el poder. Así intenta la junta militar gobernante calmar a los egipcios, que en las últimas semanas volvieron a las calles y a la emblemática Plaza Tahrir para reclamar por la lentitud de los cambios prometidos y por el retraso de las elecciones legislativas, que no se celebrarán en septiembre, como estaba previsto, sino en “algún momento antes de fin de año”, según los militares.
Los tunecinos no tuvieron la misma suerte que los egipcios. Ellos no pudieron ver a su ex presidente Zine el Abidine Ben Ali en tribunales, ya que el primer líder árabe en ser derrocado por las protestas –el 14 de enero– fue condenado en ausencia a un total de 50 años de cárcel en dos juicios distintos celebrados en junio y julio. Él lo vio a la distancia, desde su asilo en Arabia Saudita.
Mientras tanto, en el país que gobernó durante 23 años se ultiman detalles para los comicios de octubre. El mayor miedo es el auge fundamentalista...
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